El verdadero lujo se construye delicadamente, a través de una serie de procesos complejos y delicados que definen su identidad y le dan un sello característico. Los detalles de todos los procedimientos se entretejen para formar piezas únicas y en el caso de los zapatos de piel, un aspecto que acentúa su carácter, es el color.
La cromática de nuestros zapatos dice mucho más de lo que imaginamos. Pero antes de que ese color envuelva nuestros pies, la piel teñida ha pasado por procesos técnicos, químicos y —muchas veces— artesanales, que definen la calidad, durabilidad y personalidad del calzado.
Pero la piel genuina, además, goza de una categoría única. En el amplio espectro del tratamiento de pieles para calzado, encontramos pieles pigmentadas, con acabados superficiales, pieles reconstituidas y aquellas que están teñidas con anilina. Estas últimas son las que más nos interesan, pues además de ser consideradas las más nobles del mercado, a través de ellas se vive una apropiación auténtica del color: no es un teñido superfluo, sino uno que se impregna de tal manera que evoca una tinta viva y genera esencia. La piel se une a su color de una manera que nos hace sentir que siempre fue así.
La piel anilina se tiñe sumergiéndose completamente en colorantes solubles, sin cubrir la superficie con alguna otra capa. El resultado es precioso; es una piel que respira, que revela su veta y conserva su textura natural. Cada poro es un testimonio de su autenticidad y nos recuerda la naturaleza, como si en una sola vista apreciáramos los colores de las flores y las vetas de maderas. La piel anilina no solo es visualmente hermosa: al tacto, es inconfundible; suave, flexible y viva.
Previo al color, existe otro momento fundamental: el curtido de la piel. Este proceso transforma una piel cruda en un material flexible resistente y duradero. Una piel obtenida directamente de la naturaleza debe pasar por este método para evitar su descomposición. Y, entre los curtidos, encontramos dos grandes vías: el químico o cromo y el curtido vegetal. El curtido al cromo suele ser más rápido, pero también implica mayor contaminación. Las sales de cromo aceleran el proceso de curtido pudiéndose obtener cuero curtido en menos de un día.
El curtido vegetal es un proceso que ha acompañado a los seres humanos desde la prehistoria. Tras una detallada observación, los primeros hombres apreciaron que ciertas partes de las pieles que habían estado en contacto con algunas hierbas, cortezas o maderas, evitaban la putrefacción. A través de años de investigación, se desarrollaron sustancias vegetales que igualaron estos efectos y que se siguen empleando hoy en día en producciones artesanales de calzado de lujo. Este proceso, en algunas ocasiones, puede tardar hasta 15 meses, lo cual nos habla de un producto superior, elaborado con cuidado y detalle. Posterior a ello, se procede al color.

La piel curtida al vegetal tiene una forma peculiar de absorción del color, pues los tintes se absorben con una profundidad especial. El color no cubre el material como una capa externa, sino que se mezcla con la vida interna de la piel. En ese momento, el color habita el espacio que posteriormente se vestirá.
Así el color, literalmente, respira. Detrás de un zapato vino tinto, camel o azul petróleo, hay todo un proceso técnico que determina cómo se absorbe el color, cómo se fija, y cómo se comportará con el uso. Ya no hablamos únicamente de la propiedad única de cada color, sino también de una vida especial.
Otra forma compleja de revestir las pieles son todas aquellas que son estampadas. En Regina Romero usamos piel genuina estampada con calor y presión, en lugar de impresiones sintéticas. Así, logramos efectos croco, serpentinos o incluso animal print que respetan la textura, la durabilidad y la profundidad del material original.
modelo Marce
En Regina Romero, elegimos caminar de una manera distinta, incluso en nuestros procesos. Abrazamos la parsimonia de la artesanía, la sutilidad, la técnica y lo refinado. Lo que es verdadero, tiene un brillo distinto, tanto por diferente, como porque distingue a quien lo calza y vive. Para fabricar todos nuestros zapatos, usamos pieles genuinas seleccionadas entre las mejores curtidurías de Italia, España, Brasil y México. Nuestro compromiso no es solo estético: es técnico, ético y sensorial.
Referencias:
https://editorial-inia.com/wp-content/uploads/2021/06/manualartesanias.pdf
https://ozapato.com/pa/como-se-hace-el-cuero/