Con frecuencia la palabra «fetiche» se relaciona con perversiones sexuales, incluso para muchos el tema es todo un tabú.

El fetiche –como todo en esta vida– sólo es negativo si se cae en los excesos, pero es también un lugar fascinante que implica relacionarnos con las cosas a manera de intercambio.

Karl Marx, en El Capital, habló de los fetiches con un concepto producto de su creación al que llamó Warenfetischismus –el fetichismo de la mercancía– que explicaba de manera muy ilustrativa, incluso didáctica, cómo y por qué se da la relación entre los productos y el dinero que con él se adquieren; relación que empieza en el momento de la seducción que un objeto ejerce en nosotros, hasta el momento sublime en que lo compramos.

leunam
Un calzado con tacos albergado unos pies bellos, para comerselos a besos
08/21/22