En mi familia valoramos la moda y la innovación, creemos en estarnos re inventando constantemente. Sin embargo también consideramos muy importante conservar las tradiciones y costumbres de lo que es valioso.
Regina Romero como empresa nace en 1984 como una iniciativa de mi madre Regina Calzada de Romero. Para ella siempre fue muy importante conservar el modo tradicional de hacer zapato: a mano. Nosotros creemos en el valor de los productos y artículos hechos a mano. Sabemos, que no se compara la experiencia de un zapato de piel hecho a mano a uno de material sintético hecho con maquinaria. Son productos diferentes.
Hacer unos zapatos Regina Romero lleva, en promedio, 90 procesos manuales. Este viaje comienza con la selección de la piel más fina y mejor curtida para la creación de tus zapatos.
Una vez que se tiene la piel en la fábrica, se inicia cortando la piel en las diferentes piezas que van a formar parte de tu calzado, cada una de estas piezas es cortada por las manos expertas de algunos de nuestros colaboradores.
Cuando este proceso se hace a mano, el trabajador puede ver las lacras o imperfecciones que pueda tener la piel para evitarlas. Además de evitar que se desperdicie piel que está en buenas condiciones. Aún cuando las piezas son cortadas con una plantilla, cada pieza es única.
Posteriormente, se lleva la piel ya cortada al área de pespunte o maquinado dónde un profesional une todas las piezas como un rompecabezas y las cose con ayuda de una máquina de costura. Esta parte de la transformación es hipnotizante, ver como las piezas se van uniendo para dar la silueta del zapato y poder admirar como uno de nuestros colaboradores con tanta experiencia y maestría logra dar las puntadas exactas, es fascinante.
Cada uno de nuestros maquinista conoce a la perfección el tratamiento que se le debe de dar a la piel, las agujas se deben de utilizar dependiendo el tipo de piel que sea. Saben que las pieles delicadas y finas, como las que usamos en Regina Romero, deben coserse con agujas delgadas y hacer las puntadas finas para para no maltratar o romper la piel. Estos cuidados solo se le pueden dar a la piel cuando esta parte se hace a mano, de lo contrario se está expuesto a arrugas, rasgaduras y cortes no deseados.
Una vez que se tiene todas las piezas juntas, son llevadas al área de montando. El experto pone las piezas sobre la horma y siente, con sus propias manos, la piel para asegurarse que todas las piezas estén en su lugar y que, el maquinado, sea perfecto.
El trabajador comienza a darle forma al zapato asegurándose que está copeando perfectamente la horma para que la comodidad del calzado sea máxima. Posteriormente, nuestro colaborador le dará los últimos retoques con un martillo para fijar perfectamente la piel a la horma. Cada milímetro del zapato es revisado por un profesional para asegurar que el zapato quede como una obra de arte, y sea una pieza única.
Después de esto continuamos con el siguiente paso, pegar la suela. Para esto se recubre la base del zapato con un pegamento especial hecho a base de agua, que no daña al ecosistema, para enseguida pegar y asegurar la suela.
Nuestras suelas están hechas a la medida de cada horma y casi todas son de cuero. Una vez que él pegamento está seco, se desmonta de la horma el zapato para llevarlo al área final, adornado.
En esta área se revisan todos los detalles, se le quitan los filos del forro, se montan las agujetas o los herrajes, se le añaden plantillas, se marca la numeración, etc. Para concluir esta parte se hace una limpieza final a los zapatos para eliminar cualquier huella que haya podido surgir durante el proceso de armado y se lubrica la piel con una crema especial para que luzca brillante; esta crema también ayuda a proteger el calzado y extender su vida útil.
Por último, los zapatos son enviados al almacén dónde, pasan por una revisión de calidad final y son empacados en su caja individual con el cariño que nos caracteriza, para que, finalmente: Recibas a la puerta de tu casa, los mejores zapatos de México, hechos a mano y 100% de piel que podrás disfrutar por muchas temporadas.
Todo este proceso toma mucho tiempo, alrededor de 6 semanas. Cada par de zapatos pasa por más de 30 manos expertas de artesanos mexicanos con años de experiencia en esta industria, que revisan y verifican paso por paso la creación de tus zapatos, para que la calidad y el confort sea impecable en cada uno.
Todo esto convierte a tus zapatos Regina Romero en una verdadera obra de arte, que no solo está llena de mucho esfuerzo, dedicación y cariño de mi parte y de nuestros colaboradores expertos, también tienen una historia única que contar y que se seguirá escribiendo cuando estén contigo.
Confeccionados para brindarte exclusividad e impregnados de tradición y pasión, cada uno de nuestros zapatos es excepcional al igual que tú.
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09/24/22
Rosario Dolores Benítez Arguelles
Bellísimos …todos están divinos …me encantó el modelo bostoniano en todos colores……me enamore!
10/07/20
Minerva Valencia Real
Hola !
Me interesa el modelo Charlotte pero no hay en mi talla, si me hacen favor de avisarme en cuanto tengan número 6 para hacer mi pedido. Estaré muy pendiente. Gracias.
Saludos !!!
06/10/20