Mi mamá, Regina Romero, desde los años 70´s vió que la oferta de zapatos en el mercado nacional no tenía alta calidad ni diseño propio.  Lo que que se encontraba en el mercado eran copias sin control de calidad, y  aún cuando habían marcas europeas, los zapatos no se fabricaban con las mismas normas de calidad que en su país de origen. El mercado en México estaba cerrado a la importación, por lo que no había la necesidad de esforzarse, estaba en una zona de confort. Debido a lo anterior, mis padres tienen la visón y ven la posibilidad, que con la excelente mano de obra mexicana, se puede producir calzado de la misma calidad, en todo aspecto, que los zapatos italianos y franceses, los cuáles son reconocidos mundialmente por su alto diseño y calidad. Por lo que mis padres se trazaron como objetivo, poner una fábrica en la cual se implementaran las normas y estándares de alta calidad, al mismo tiempo que se "tropicalizara" para el pie y gusto de la mujer mexicana. En 1973 inicia el proceso que culmina en 1984 con el nacimiento de la marca de Regina Romero. En este momento yo ya estaba involucrado y junto con mis padres visitamos por años las ferias internacionales de Milán y París, donde traíamos los conceptos, de ahí nos íbamos a las fábricas de hormas y tacones en Forlí, Florencia  y la zona de Romagna en Italia, donde se encuentran las fábricas de alta calidad italianas como Gucci, Ferragamo, Casadei, Sergio Rossi, etc.  Gracias a estas relaciones es que pudimos conocer a técnicos especializados en la manufactura de calzado, los cuales traíamos a México para asesorarnos en los detalles que dan el valor y el diferenciador en la calidad. Fue así como contratamos el asesoramiento por años de Nino Cazolaia y su equipo, con quienes aprendimos diseño, patronaje y los puntos claves en la manufactura que dan la calidad. El valor de un buen de zapatos no está solamente en su diseño, patronaje, horma y manufactura, hay que agregar la calidad de los materiales como es la piel, el forro, la suela, planta, contrahorte, casquillo, entretelas, etc. algunos que seguimos importando de Italia. Un buen par de zapatos lleva de 9 a 12 meses de desarrollo, desde el concepto hasta que está listo para ti. Pero  nos ha tomado 46 años ser y mantener el nombre de Regina Romero, como la marca de zapatos mexicana de la mejor calidad. Escribo lo anterior, porque algunas personas hablan de que si un producto es caro o barato. Pienso que es importante, en el momento de "invertir" en unos zapatos que lo que se compare sea el VALOR. VALOR es:

• La relación Precio/Calidad.
• El diseño original- elaborar desde el concepto de la moda internacional hasta aterrizarlo en un diseño original y único.
• La durabilidad- unos buenos zapatos, con un cuidado normal, si son de calidad, duran años.
• La comodidad- que nace de cómo se crea y "cura" una horma, es decir que se prueba una y otra vez hasta que queda 100% cómoda.
• Los materiales- por ejemplo, nuestras pieles además de suaves son curtidas a la anilina, es decir, que se mantiene la transpiración y suavidad de la piel al teñirse.
• Los avíos- por ejemplo, en nuestras plantas utilizamos fibras de algodón importadas de Italia que al flexionar el pie dentro del zapato no generará ninguna fricción que lastime la planta del pié.
• La manufactura- cuidar que cada uno de los casi 100 procesos, casi todos manuales, se lleven a cabo, siempre, con las normas de la mas alta calidad.
• El servicio personalizado y los valores de la marca- te recomendamos leer el BLOG: Enseñanzas de Regina Romero a su hijo Jorge Romero.
• La tecnología- saber combinar la tecnología de punta sin descuidar lo más importante que es la parte humana y las manos que trabajan los zapatos.
• El capital humano- un trato justo y un pago bien remunerado, aunado a un equipo apasionado y orgulloso de trabajar y pertenecer a una marca como la nuestra.

Lo anterior aplica a las grandes marcas internacionales, al igual que a Regina Romero.