Elegir un buen par de zapatos no es una tarea fácil. Los zapatos de calidad deben de ser tratados como una inversión; productos diseñados para durar por muchas temporadas; que puedan ser utilizados una y otra vez; que agreguen algo a tu armario y complemente tu estilo sin mucho esfuerzo.

En Regina Romero llevamos casi 40 años perfeccionando los elementos que conforman una manufactura impecable. El día de hoy queremos compartirlos con ustedes.

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La Horma

La horma es la base de toda la construcción de un buen zapato. Depende de ella que tu par de zapatos cuente con el mayor confort posible. Para lograrlo, hay que prestar especial atención en tres puntos claves: el metatarso, que es la parte en la que descansa la mayor parte de tu peso al estar de pie, el arco, el cual debe de amoldarse para brindar soporte al caminar y el equilibrio entre talón y punta. Esto último es especialmente importante en cualquier modelo que tenga algún tipo de tacón ya que es lo que da la estabilidad al momento de caminar. 

Si quieres conocer más acerca de los elementos que conforman una buen horma te invitamos a leer: “Zapato se escribe con «H».” 

Los Avíos

Los avíos son los elementos que recubren la horma, tales como la planta, el tacón y la suela y otras importantes partes de un zapato como el casquillo y el contrafuerte. Todos estos componentes son vitales para la conformación de un buen par de zapatos. Además deben de ser hechos con materia prima de calidad que brinde soporte a la silueta, pero suavidad al momento de caminar, como los casquillos y contrafuertes que utilizamos que están hechos de termoadhesivos que ofrecen flexibilidad con cada paso.

La Piel

Nuestros zapatos están hechos 100% de piel pues, hasta la fecha, sigue siendo el material más amigable con tus pies y con el medioambiente. Tanto la suela, que es de cuero, como el forro y el corte, están hechos con piel de la más alta calidad, curtida al vegetal y pigmentada con anilinas vegetales. De esta forma, la piel retiene su capacidad de transpiración, que le permite respirar a tu pie sin causar sudoración, y la suavidad y flexibilidad que caracteriza a un buen calzado de piel.

Diseño y Modelaría

Para que un zapato luzca estético y te brinde todo el soporte que necesitas, el diseño debe de ser adecuado a la horma. A esto se le conoce como «curación de la horma», un proceso largo que perfecciona el calzado a base de prueba y error. A lo largo de estas pruebas se modifica el volumen del calzado y se asegura que las siluetas del diseño sean ideales para el tipo de horma, que los bordes no lastimen el pie y demás.

Si quieres conocer más acerca del proceso de curación de la horma, te recomendamos leer: “Comodidad Máxima: Tenis Urbanos”.

Mano de obra

Todos los elementos anteriores no pueden crear un par de zapatos impecables por sí solos, se necesita de la experiencia, pasión y compromiso de maestros zapateros expertos que logren reproducir, cortar, armar, pespuntar y detallar con la precisión que caracteriza a los artesanos mexicanos para que un diseño que en algún momento fue solo una idea, pueda ser materializado. Son entre 75 y 120 procesos manuales los que se tienen que llevar a cabo para crear un par de zapatos impecables.