El lenguaje del calzado

La moda es un lenguaje universal. Al mismo tiempo que interpreta el mundo, de ella elegimos piezas que nos ofrece para expresar nuestra personalidad, manifestar nuestro estilo e incluso algunas veces, protegernos. Pero los zapatos tienen su propio idioma. Con ellos avanzamos, nos transportamos y  —literalmente— dejamos nuestra huella en el mundo. Más allá de la literalidad del lenguaje de los zapatos, nuestro calzado revela nuestras intenciones. Aquella pieza que viste nuestros pies puede reafirmar nuestro atuendo, elevarlo, ser un acento. En algunas ocasiones, lo contradice. El mismo outfit puede cambiar radicalmente con un par sutil o un par contundente. 

Un outfit similar, en este caso un traje gris vestido por distintas personalidades -Kaia Gerber, Zendaya y Anne Hathaway- luce radicalmente distinto con su combinación de zapatos.

Hay muchos que dicen que, lo primero que la gente ve de nosotros, es nuestro calzado. Un zapato limpio y bien conservado, que calza con naturalidad, sugiere una mujer presente, cuidada, con criterio. En el lenguaje del calzado importan y hablan la forma, la limpieza, el estilo y los materiales. 

Unos stilettos bien afilados, por ejemplo, no dicen lo mismo que unas sandalias suaves con tiras cruzadas. Una mujer que elige un zapato de piel elegante y sobrio no está “siguiendo la moda”: está reafirmando quién es. Hay muchas cosas que estás diciendo sin darte cuenta. Tus zapatos ya están hablando de ti; pero, ¿qué es lo que revelan? 

Desde los mocasines hasta los stilettos, la clave está en reflejar tu seguridad, sentirte cómoda y proyectar quién eres.

Hay que entender que el zapato correcto no es el más moderno o el de últimas tendencias, sino el que verdaderamente sostiene tu energía el día que lo eliges, para poder caminar con distinción y refleja cómo te sientes y quién eres.

En Regina Romero, diseñamos con eso en mente. Elegir bien tus zapatos no es un acto de vanidad. Es una forma de respeto hacia ti misma. La forma del zapato que eliges, te refleja y obedece. 

Por ejemplo, un tacón alto y fino, refleja control, estructura y calidad. Pensemos en un stiletto clásico: es exacto y tradicional. Su altura se suma a la presencia de quien lo lleva, y acentúa su control, su estructura y su claridad. No importa exactamente qué vista, los stilettos elevarán cualquier atuendo.

Una plataforma, por otro lado, aunque también tiene una altura impactante, tiene que ver con la audacia, el deseo de destacar y expresar totalmente la personalidad de quien la vista. Refleja una comodidad sensual con la propia feminidad y deja huella.

Existen también zapatos que reflejan practicidad y sobriedad. Tal es el caso de los botines con tacones bajos, que además imponen liderazgo, o de los mocasines con herrajes, que rápidamente asociamos a la eficiencia, la determinación y el criterio. Estas son dos piezas sutilmente poderosas.

Las botas, dependiendo su silueta, reflejan audacia, poder y muchas veces, sensualidad. Son iconos de estilo que maximizan la personalidad de quien las viste, pues sus formas son tan variadas como sus significados, pero siempre parten de una pieza impactante y lanzan mensajes llenos de poder y actitud.

Por otro lado, están las sandalias que generalmente asociamos al refinamiento, la libertad y la armonía. Las sandalias con altura sin duda son piezas cargadas de feminidad y sensualidad, hechas para ocasiones especiales; mientras que las sandalias planas tienen que ver más con la frescura, la seguridad y la discreción.

Por último, aunque el universo de los zapatos está lleno de posibilidades, están todos esos pares decorados con flores, bordados artesanales, moños, tacones pintados o detalles sutiles. Este tipo de calzado se asocia, desde su manufactura, a la creatividad y también revela feminidad, romanticismo y amor por los detalles. 

Y en todos los casos, el color juega un papel crucial. No es lo mismo tener cualquier pieza en un charol cereza o rojo, que rápidamente muestra energía, convicción y seguridad; a tener el mismo par de zapatos en un tono terroso, que transmitirá mayor sobriedad; o en la evidente dulzura de un color pastel. O, también, el mismo color o textura luce distinto y transforma sus mensajes a partir de la forma del zapato. 

Como puedes ver, este lenguaje se aplica siempre, pero de maneras muy distintas. Tú eliges el mensaje todos los días, pues tu armario tiene, deseablemente, las opciones que te representan. De hecho, lo ideal es que así sea. La moda, más allá de seguir tendencias, debe ser una expresión de tu esencia. Hay días en los que te sientes poderosa, otros tantos en los que deseas expresar tu dulzura y muchos más en los que saldrás a enfrentar al mundo para conseguir tus sueños. Cada elección de moda debe ser tomada desde ti; cada estilo es un mensaje distinto. Todo aquello que eliges ponerte en los pies transforma tu energía. 

Una misma persona, con su esencia bien definida, puede acentuar su estilo a través de los zapatos.

Si la forma habla, los materiales también lo hacen. Los zapatos de piel, más allá de mejorar la experiencia física y tener cualidades que los hacen más durables y resistentes, también dejan ver otro tipo de elección: una relación íntima con el tiempo, que transmite autenticidad.

La piel del calzado, así como la nuestra, tiene su propia historia. Tiene texturas y carácter, por lo que habla de una mujer que elige lo auténtico y lo perdurable. Lo importante de este tipo de zapatos, además de lo que transmiten, es la permanencia que otorgan: esta es una forma distinta de ver el consumo, pues privilegia lo duradero ante lo desechable. 

Ahora lo sabes. Tus zapatos dicen mucho más de lo que imaginas, por lo que en Regina Romero creemos que elegir bien no es un simple lujo, sino una forma de honrar tu propia vida; es un acto de respeto a tu historia, la cual vas trazando a cada paso.