Los flujos y objetos luminosos siempre han llamado la atención, pues generalmente asociamos todo aquello que resplandece a cualidades cálidas y, en algunas ocasiones, hasta reconfortantes. Pensemos en la luz del sol, el reflejo que se dibuja en un cuerpo de agua, el brillo de los metales, etc. En el caso del calzado, los zapatos que brillan tienen un protagonismo especial; y dentro de ellos, los zapatos de charol se llevan las palmas por su versatilidad y elegancia.
modelo Mati
Pero, ¿de dónde viene este material? Este material ha sido sinónimo de lujo y elegancia durante siglos. Con su característico brillo y su capacidad para transformar cualquier atuendo, los zapatos de charol son un elemento imprescindible en cualquier guardarropa. En este blog, exploraremos la fascinante historia del charol, el proceso de su fabricación y por qué debes tener al menos un par de zapatos de charol de Regina Romero en tu colección.
El charol, conocido por su acabado brillante y lustroso, tiene una historia rica y variada. Este material comenzó a ganar popularidad en el siglo XIX, aunque sus orígenes se remontan a épocas anteriores. El término «charol» proviene del francés charoler, que significa literalmente cubrir con una capa brillante. Al día de hoy, este nombre tiene su origen en que se concedió una patente para la creación de este acabado. De ahí su nombre en inglés, patent leather. Este método se empleaba originalmente con fines prácticos, como la impermeabilización de zapatos y otros artículos de cuero.
La técnica de aplicar barniz brillante sobre cuero ya se conocía en la antigüedad, pero fue en el siglo XIX cuando se perfeccionó el proceso. En 1818, el inventor estadounidense Seth Boyden desarrolló una técnica para producir charol comercialmente viable en Newark, Nueva Jersey. Boyden utilizó una mezcla de aceite de linaza y otros ingredientes para crear un acabado duradero y brillante sobre el cuero, revolucionando así la industria del calzado y los accesorios de moda.
modelo Aline
Mientras avanzaba el tiempo y se perfeccionaba el proceso, el charol fue preferido para fines más decorativos y se utilizó en la fabricación de accesorios elegantes, como zapatos y bolsos. Su llamativo brillo lo convirtió en una popular opción para artículos glamorosos.
Prendas de charol
Aunque ha sido perfeccionado, la creación del charol es un proceso meticuloso que requiere precisión y atención al detalle. El proceso comienza con la selección de cuero de alta calidad, que luego se somete a varios tratamientos para lograr su acabado lustroso.
modelo Cony
El primer paso en la fabricación del charol es la selección de pieles de alta calidad. Estas pieles deben ser suaves, flexibles y libres de imperfecciones, dado que este proceso les añadirá un poco de rigidez y exige una textura impoluta. Una vez seleccionadas, las pieles se limpian y preparan para el proceso de barnizado.
modelo Mati
Una vez que se tiene el cuero preparado, se cubre con varias capas de barniz. Tradicionalmente, este barniz se hacía con una mezcla de aceite de linaza y otros ingredientes naturales. Hoy en día, se utilizan barnices sintéticos avanzados que ofrecen una mayor durabilidad y brillo. Cada capa de barniz se aplica cuidadosamente y se deja secar antes de aplicar la siguiente. Este proceso puede repetirse varias veces hasta lograr el nivel deseado de brillo y durabilidad.
Aplicadas todas las capas de barniz, el charol se pule para obtener su característico acabado brillante. Este pulido se realiza con maquinaria especializada que asegura una superficie lisa y reluciente. El resultado es un cuero que no solo es hermoso a la vista, sino también resistente y duradero.
Los zapatos de charol no solo son elegantes y sofisticados, sino que también son extremadamente versátiles. Este material renueva cualquier silueta, pues la impregna de una luz especial. Aquí te explicamos porqué debes integrarlos a tu colección.
modelo Mitty
Este calzado es increíblemente polifácetico, se adapta fácilmente a las tendencias y puede complementar una amplia gama de atuendos. Es perfecto para ocasiones formales, como bodas y eventos de gala, pero también pueden añadir un toque de elegancia a un look casual, dado que aporta una textura libre de imperfecciones que resalta y los transforma más allá de un complemento. Su brillo característico hace que cualquier atuendo destaque, aportando un toque de lujo y sofisticación.
modelo Melanie
Otra gran ventaja de este material es su durabilidad. A diferencia de otros materiales, el charol resiste bien el desgaste y mantiene su apariencia brillante con el tiempo. Además, los zapatos de charol son relativamente fáciles de mantener. Un simple paño húmedo es suficiente para limpiar la mayoría de las manchas, y un pulido ocasional mantiene su brillo.
modelo Violet
No hay que confundir la durabilidad y rigidez del material con algo que se traslada a nuestros pies. A pesar de su aspecto imponente y casi impenetrable, los zapatos de charol bien fabricados, como los de Regina Romero, son sorprendentemente cómodos. El proceso de fabricación asegura que el cuero sea flexible y se adapte bien al pie, ofreciendo una combinación de estilo y comodidad que es difícil de superar.
Fabricación de nuestro modelo Cony
En Regina Romero, nos enorgullece ofrecer una amplia gama de zapatos de charol que combinan tradición e innovación. Cada par de zapatos es cuidadosamente diseñado y fabricado para ofrecer el máximo confort y estilo.
Referencias:
https://www.manuel-dreesmann.com/es/blogs/information/charol
https://www.libertyleathergoods.com/patent-leather/
Vicky
Muy interesante blog. Saludos
10/13/24
LUCY GONZALEZ
Mil gracias por la información!! siempre cautiva la historia detrás de las cosas de la vida cotidiana !!
Un aplauso a Seth Boyden
09/24/24
Sandra Martinez Rojas
Muchas gracias por compartir estas valiosas aportaciones
07/03/24