Muchas veces, cuando compramos algo, no somos conscientes de la larga línea de producción que ese objeto o servicio ha recorrido para llegar al espacio en donde lo encontramos. Todas las decisiones que tomamos tiene un impacto directo en nuestras vidas, y con las compras ocurre lo mismo, además de que estas van directamente ligadas a nuestro planeta.
Uno de estos impactos es la huella ecológica. Esta última se define como la cantidad de terreno biológicamente productivo que se necesita por persona para producir los recursos necesarios para mantener su estilo de vida. Al comprar fast fashion, el impacto de esa huella es amenazante; tanto para el presente, pues se perpetúa un modelo de venta que causa estragos en la vida de muchas personas, pero sobre todo para el futuro, pues las consecuencias de este esquema de compra son perniciosas a niveles aterradores, propiciando la destrucción medioambiental y siendo una amenaza para la humanidad.
Pero ¿cómo es que el fast fashion es ahora el gran gigante que domina la moda? Si viajamos un poco al pasado, la gente solía tener poca ropa, de mejor calidad y mayor durabilidad. Fue hasta los años 80, con la fuerza del capitalismo, la revolución tecnológica y el consumismo donde se presentó este modelo para crear prendas de bajo costo y traer las últimas tendencias a la mayoría de la población.
Bajo esta máscara de inclusividad, se fomentó el deseo de consumo. Pero el adjetivo fast no sólo se refiere a moda que nos llegue rápidamente, sino que también se desecha con la misma velocidad. Las prendas, de repente, tenían una especie de obsolescencia programada y los consumidores se apegaron a la idea de que la moda es rápida, barata, fácil de usar y desechable. A fin de cuentas, siempre habrá escaparates llenos.
Pero para nosotros, para quienes creemos que la calidad lo es todo, resulta difícil dejarse impresionar por estas ideas. En blogs anteriores te hemos contado cómo armar un clóset majestuoso, cómo prevalece la elegancia sobre las tendencias pasajeras y, sobre todo, por qué es mejor elegir prendas de gran calidad. Las tendencias mundiales nos refuerzan: la moda sostenible gana cada vez más terreno en contraposición al alarmante modelo de fast fashion, del cual te contaremos sus alcances.
Portada de Vogue Italia, Septiembre 2021, haciendo un manifiesto contra el fast fashion
Impacto ambiental
El fast fashion se ha convertido en una industria multimillonaria al ofrecer prendas de moda a precios extremadamente bajos. Sin embargo, este modelo de negocio tiene un impacto devastador en el medio ambiente. La producción masiva de ropa barata implica el uso intensivo de recursos naturales y la generación de enormes cantidades de residuos. Anualmente, se generan más de 92 millones de toneladas de residuos textiles a nivel mundial.
Las fibras sintéticas, como el poliéster, predominantes en el fast fashion, están hechas de combustibles fósiles y liberan microplásticos en cada lavado, contaminando los océanos y afectando la vida marina. Además, la producción textil consume vastas cantidades de agua y energía, apoyándose de químicos tóxicos que contaminan ríos y suelos.
Contaminación por químicos de la industria textil en el Río Tullahan, en Bangladesh
Por si fuera poco, el ciclo de vida de este tipo de prendas es extremadamente corto. Están diseñadas para durar sólo unas pocas puestas antes de que se desgasten o pasen de moda. Esto lleva a un aumento en los desechos textiles, que a menudo terminan en vertederos, donde pueden tardar décadas en descomponerse. Esto genera un doble ciclo de desechos, por su producción y por su rápida caída en desuso.
Costo social
Además del impacto ambiental, el fast fashion tiene un costo social significativo. La presión para producir ropa rápidamente y a bajos precios recae sobre los trabajadores en países periféricos, que a menudo trabajan en condiciones deplorables por salarios miserables. Las fábricas de ropa, conocidas como talleres de explotación, son infames por sus prácticas laborales abusivas, incluyendo jornadas laborales excesivas, ambientes de trabajo inseguros y la explotación infantil.
Las trabajadoras, que constituyen la mayoría de la fuerza laboral en esta industria, son particularmente vulnerables a la explotación y el abuso. La falta de derechos laborales y protecciones significa que muchas de estas mujeres trabajan sin descansos adecuados, acceso a atención médica o la posibilidad de organizarse sindicalmente para mejorar sus condiciones, sumado a la constante exposición a sustancias tóxicas que sufren día a día.
Costo oculto
Pero, más allá de los evidentes impactos ambientales y sociales, el fast fashion también tiene un costo oculto muy alto para los consumidores. Las prendas de baja calidad y producción rápida están diseñadas para desgastarse rápidamente, lo que significa que, aunque se pague menos inicialmente, se terminará comprando más a largo plazo. Esta mentalidad de "comprar y tirar" no es solo un agravio a tu economía, sino que también perpetúa un ciclo de consumo insostenible que beneficia a las grandes corporaciones a expensas de la calidad y la ética.
La instalación Earth Day colocada en Alki resulta una forma muy impactante de representar este fenómeno
Debemos entender que detrás de la satisfacción efímera que puede traernos el vestir esta clase de prendas, existe una destructiva cultura de consumo que arrasa recursos naturales y modifica, de la peor manera, la vida de muchas personas. Detrás de cada una de estas piezas existe un abismo sombrío, a nivel ético, ambiental y social.
El sur de África se ha convertido en un depósito mundial de desechos de la moda rápida
Invertir en calidad
En Regina Romero, creemos que cada prenda debe ser una inversión en calidad, estilo y sostenibilidad. Nuestras piezas están diseñadas y fabricadas con el máximo cuidado y atención al detalle, utilizando materiales de alta calidad y técnicas artesanales que garantizan su durabilidad y belleza a lo largo del tiempo.
modelo Denise
Invertir en ropa de calidad no solo significa que tendrás prendas que durarán más, sino también que estás apoyando prácticas de producción ética y sostenible. Cada par de zapatos Regina Romero es una manifestación de nuestro compromiso con la excelencia y el respeto por nuestros artesanos y el medio ambiente.
modelo Alda
En nuestra empresa practicamos la corriente opuesta: el slow fashion. Este es un enfoque que se centra en la producción de ropa de alta calidad de manera ética y sostenible. En su nombre y en su actuar lleva todo lo que se opone al modelo fast fashion, ya que valora la durabilidad y la atemporalidad sobre la rapidez y la moda pasajera. Significa crear prendas que no solo se vean bien, sino que también resistan el paso del tiempo, tanto en estilo como en calidad.
Algunas marcas han tenido iniciativas como construir prendas a través de lo desechado.
Otra perspectiva interesante que nos hace mirar con mayor detenimiento antes de comprar una prenda de fast fashion, es la pérdida de la individualidad. Al consumir las mismas prendas y al mismo ritmo, todos nos volvemos iguales y el estilo personal, se diluye. Una pieza de calidad es cuidadosamente seleccionada por quien la compra, dado que hará una inversión más fuerte, pero que le será de mayor beneficio a largo plazo. El slow fashion es una forma de irnos descubriendo poco a poco y elegir lo mejor para nosotros.
modelo Judy
La transformación de la moda
Así como existe un costo oculto del fast fashion, detrás del slow fashion existe un gran poder; es un poder transformador que encamina hacia un nuevo horizonte en la moda. Al optar por productos de calidad, decimos no al fast fashion y sí a una moda que respeta a las personas y al planeta. Esta elección nos hace ser parte de un movimiento que valora la autenticidad, la durabilidad y la integridad.
En Regina Romero, estamos dedicados a liderar el cambio hacia una industria de la moda más justa y sostenible. Creemos en el poder transformador de nuestras decisiones de compra y en la importancia de elegir prendas que reflejen nuestros valores.
modelo Gema
Nos enorgullecemos de ofrecer productos que no solo son hermosos y elegantes, sino también responsables y sostenibles. Así, podemos transformar la industria de la moda y crear un futuro donde la calidad y la ética sean la norma, no la excepción.
Te invitamos a considerar cada compra como una inversión en tu futuro y en el futuro de nuestro planeta. Pregúntate: ¿Realmente necesito esta prenda? ¿Cuánto tiempo me durará? ¿Apoya esta compra a una industria que respeta a sus trabajadores y al medio ambiente? ¿Podré integrarla a mi guardarropa, respetando mi estilo para no desecharla rápidamente?
¡Gracias por ser parte de esta transformación!
Getty Images
Referencias
https://www.businessinsider.es/influencers-sostenibilidad-guerra-zara-shein-hm-1194704
https://www.sustainablylazy.com/blog/fast-fashion-environment
https://ethic.es/2014/03/hacia-una-moda-limpia/
https://www.codigonuevo.com/nosotrxs/africano-convertido-vertedero-ropa-usada-EGCN295504
https://www.dsigno.es/blog/diseno-de-moda/fast-fashion-que-es-y-como-surgio
Virginia Cervantes
Gracias por ser parte del slow fashion, me enorgullece que mexicanos como ustedes piensen así, me encanta la marca, los diseños y lo que crean, que siga el éxito en Regina Romero
08/13/24