por Mishiko García
En marzo, el aire se perfuma con distintos tonos de violeta. Una seda morada cubre las calles, pero sobre todo, el espíritu de las metrópolis. Durante este mes, curiosamente, en nuestra ciudad, las jacarandas comienzan a florecer y se visten de tonos lila. El mundo entero se vuelve purpúreo.
Pero, ¿alguna vez te has preguntado por qué el morado es el color del feminismo? Existen múltiples teorías que tratan de explicar este símbolo que deviene con toda su fuerza en el octavo día del mes de la primavera. Lo indubitable es que la asociación de este tono nos lleva a comienzos del siglo XX con las primeras manifestaciones de las sufragistas. El morado ha dado voz a las mujeres desde ese momento.
Desde esta época, el morado ha representado la dignidad, la justicia y la resistencia. En el imaginario feminista, este color representa la lucha de las mujeres por la igualdad, por construir un espacio propio en este mundo y no sufrir discriminación. Simboliza la lucha por los derechos de las trabajadoras, la pertenencia al movimiento, su origen, y la necesidad de continuar en este camino.
En este camino, cada paso que damos hacia la igualdad es significativo, al igual que cada par de zapatos que elegimos para transitarlo. Los zapatos no solo son accesorios de moda, sino también herramientas que nos impulsan hacia adelante, simbolizando nuestro compromiso con el progreso y la autenticidad. Ya sea que optemos por unos elegantes tacones morados o unas cómodas zapatillas, cada elección de calzado nos recuerda que estamos dando pasos hacia un futuro más igualitario.
modelo Claudine
Hay teorías muy diversas en cuanto a por qué este es el color del movimiento feminista. Podemos encontrar una especie de fusión cromática, donde el rosa y azul, asociados a las energías masculina y femenina de distinta manera según el momento histórico, se envuelven mutuamente para crear este color.
El camino hacia la igualdad puede ser largo y desafiante, pero cada paso que damos nos acerca un poco más a nuestro objetivo. Al igual que el color morado, que combina la fuerza del rojo con la tranquilidad del azul, nuestras acciones combinan la pasión y la determinación con la calma y la sabiduría.
Juntas, con cada paso que damos, nos acercamos un poco más a un mundo donde todas las mujeres puedan vivir libres de discriminación y violencia, donde se les reconozca y se valore su contribución a la sociedad.
modelo Love
No confundamos. Es fácil caer en un doble discurso, donde el feminismo se asocia a una pelea, a una supremacía femenina. El feminismo busca, precisamente, la igualdad. Busca reconocer a ese segundo sexo, del que hablaba Simone de Beauvoir, como un ser humano, con toda su complejidad, sus deseos, sus sueños, etc., todo eso validado en una sociedad que nos alberga, pero no nos mira.
modelo Pia
Otra teoría sostiene que este es el color de la sangre real. Recordemos que, históricamente, el púrpura es el color del lujo y la realeza. Los soberanos sostenían su poder en una verdad dictada por fuerzas divinas, pero Emmeline Pethick-Lawrence, editora de la revista 'Votes for Women' e icono de la lucha feminista, tomó el color de los monarcas, «simboliza la sangre real que corre por las venas de cada luchadora por el derecho a voto, así como la conciencia de libertad y dignidad».
La historia más triste —y quizá la más real —, es aquella que nos explica por qué se eligió este color, en este mes. El 25 de marzo de 1911, tuvo lugar la tragedia que marcó la celebración moderna del Día Internacional de la Mujer. Ese día se incendió la fábrica Triangle Shirtwaist de Nueva York, lo cual causó la muerte de 146 trabajadoras.
Aquellas mujeres trabajaban en condiciones deplorables: no contaban con un tiempo para comer y laboraban encerradas con llave hasta acabar la su jornada, hecho que explica el altísimo número de muertes al ocurrir dicho incendio. Debido a los tejidos y tintes que se usaban en la fábrica, la colosal columna de humo que salía de edificio era de color morado.
modelo Pia
Recordando esta causa, celebremos este Día Internacional de la Mujer, pero no con un ramo de flores o regalos que no nos enaltecen, felicitaciones que nos encasillan en un cliché. Celebremos con nuestros pasos, siempre avanzando para construir el mundo que merecemos. Celebremos sin caer en todos los estereotipos que nos atribuyen, sino con la fortaleza que surge en nuestra sangre real, en nuestra voz y en nuestra constante lucha.
modelo Alice
Referencias:
https://www.elmundo.es/como/2023/03/08/64085c8ee4d4d8d2708b457f.html
Julieta
Hermosísimos como siempre
03/06/24