Al cierre del año, el ambiente se enfría mientras que las personas se llenan de cierta calidez especial. Las reuniones de trabajo se van reemplazando por cenas deliciosas y celebraciones llenas de luz. Pero hay un espacio único que siempre nos acoge para darnos lo mejor: el hogar. Es ahí donde se encuentra lo más importante para mí: la familia.

Más allá del apoyo y la protección que una familia pueda brindarnos, es maravilloso ver cómo se tejen lazos únicos y estos, a su vez, pueden crear redes indestructibles. Con la familia se crece, se celebra y se construye. Mi propia historia y la de Regina Romero son prueba de ello. 

Desde las primeras navidades que recuerdo, la unión entre mis padres, Regina Calzada de Romero y Carlos Romero Huxley, jamás dejó de sorprenderme. Sin importar la época, ya fuera de gloria o crisis, esa era su mayor fortaleza y el punto de partida para dar solución a cada problema que afrontaban. 

Aquella base tan sólida se convirtió en la piedra angular para construir un gran futuro juntos. Una de las cosas más bellas de la historia de mis padres, es que mi madre pudo ver realidad su sueño a través del amor. El apoyo del hombre que había elegido para formar una familia abrió las puertas a la creación de un espacio único que hoy en día sigue creciendo, cobijado por nuestra unión.

Este año, nuestra marca celebra su 40 aniversario. Como te contaba en nuestro blog anterior, 40 años con Regina Romero, el tiempo de vida de nuestra empresa se acrecenta y pasa de generación en generación.

Hoy estoy sumamente orgulloso de que mis hijos, Jorge y Romina, continúen con el legado de mis padres pero, sobre todo, de estar a su lado para que juntos podamos crecer a nivel personal y profesional.

Estas tres generaciones se han mantenido gracias a los valores de mis padres y cada una ha realizado aportaciones muy valiosas para Regina Romero.

Mis padres comenzaron con un mercado tradicional y, al tomar la dirección de la marca y posterior a la crisis por la entrada del calzado de bajo precio a México, opté por un entorno digital. Al lado de mis hijos, he logrado fusionar ambos caminos para tener más vínculos con ustedes que, de alguna manera, son parte de la familia Regina Romero.

Para mí, familia es la palabra clave y la raíz de valores trascendentales en mi vida: unión y compromiso. Si alguna tristeza me invade o alguna alegría me llena, mi familia es el primer pensamiento que llega a mi mente. Con ellos comparto y construyo, aprendo y enfrento. Es por ello, que en esta época de celebrar, ellos acuden a mi mesa y reímos y brindamos por todos los momentos únicos que construimos a lo largo del año.

De parte mía, de toda mi familia y de la gran familia Regina Romero, les deseo una Feliz Navidad, llena de júbilo y en la compañía de las personas que las aman y las llenan de alegría en esta temporada.