A lo largo de mi propia vida, he observado que los cuarenta años suelen ser una década profunda y, para todos aquellos que han decidido ir tras sus sueños y vivir trabajando para lo que más desean, es el punto de partida hacia la plenitud. A fin de cuentas, en muchos casos es la mitad de la propia vida, lo cual tiene dos certezas: se ha hecho mucho y, mejor aún, todavía hay tiempo para realizar mucho más.
Es precisamente en ese bello equilibrio donde Regina Romero se ubica el día de hoy. Estamos celebrando cuarenta años de ser la primera casa de moda del calzado en México. En 1984, el sueño surgido de la gran visión de mi madre, Regina Calzada de Romero, se consolidó para dejar huella en el mundo de la moda mexicana.
Incluso el día de hoy sigue siendo extraordinario que, sin miedo a nada, una mujer vaya detrás de su propio sueño. Mi madre fue muy tenaz al percatarse de la gran oportunidad que esperaba para ser tomada: nadie se había atrevido a crear una marca que trajera la escuela italiana con los materiales de la más alta calidad para las mujeres mexicanas.
Además, el nombrarla como ella, fue una ventana a una nueva manera de ver la moda. Regina Romero se volvió una entidad cuyas cualidades tan únicas surgieron de decisiones contundentes y de su propia historia.
Es también la historia de nuestra marca la que dio paso a nuestros grandes pilares, los cuales siguen presentes hoy en día. La elegancia de mi madre se impregnó en cada uno de los pares que ideó; la calidad por el trabajo y su compromiso se vieron reflejados en el gran esfuerzo que realizó para abrir un gran camino para su propia marca. El simple hecho de atender personalmente a las clientes de la boutique en Masaryk hablaba de una mujer que vivía para sus sueños y que estaba creando un sueño que viviría por siempre.
Y así, poco a poco, Regina Romero se fue consolidando como un referente de la moda mexicana. Los constantes viajes a Europa por el trabajo de mi padre, Carlos Romero Huxley, contribuyeron a fortalecer este gran sueño en la industria del calzado mexicano, que carecía de variedad y diseño. Nuestra marca ofrecía una alternativa con la calidad y el glamour de las empresas extranjeras, pero al alcance de la tierra que vio su origen.
Una vez que logramos consolidar nuestra marca y un año posterior a mi unión total a esta gran empresa, en 1984 abrimos nuestra primera tienda en Polanco. Aquella década fue fundamental para nosotros, pues el éxito llegó pronto y muchas mujeres importantes de la época comenzaron a usar nuestros bolsos y zapatos.
Pero en cada trayectoria también existen etapas oscuras. Pese al gran apoyo familiar y al éxito de nuestra marca, llegaron tiempos difíciles. La entrada del modelo fast fashion y las crisis económicas que sufrió nuestro país, generó que en 2015, nuestra boutique en Presidente Masaryk se enfrentó a una crisis que condujo a su cierre. Para nosotros fue devastador, un punto de quiebre que parecía una especie de final de un gran sueño. Mi madre había dejado de atender la boutique en el 2000, pero no dejaba de estar pendiente del crecimiento de su gran sueño.
Lo fundamental para las crisis, pienso, es saber ver en los tiempos de necesidad la apertura de una gran oportunidad. En 2016, al asumir la Dirección General de la marca, supe que el entorno digital sería el ecosistema perfecto para un nuevo ciclo de vida en Regina Romero. Las ventas en línea fueron tan exitosas, que en 2019 volvimos a tener una boutique física, en Lomas de Chapultepec.
El trabajo constante, la investigación en diseño y tendencias, la búsqueda de los mejores materiales y la perseverancia, han sido la clave para continuar. Hoy, con la unión de mis hijos, Jorge y Romina, a nuestra empresa, nuestros lazos crecen de tal manera que hemos abierto otra nueva tienda, ahora en Guadalajara.
Otra parte importante de nuestra historia son las grandes colaboraciones que hemos tenido con diversos diseñadores de moda, artistas y marcas para impulsar el diseño mexicano. Creemos que la fuente de talento que nos dio la vida, sigue creando caminos fértiles para otros. Es por ello también, que hemos estado cerca de fundaciones y realizado labores altruistas. La cooperación y el trabajo en equipo son fundamentales para Regina Romero.
Los anhelos, los logros y las adversidades es todo aquello que nos acompaña en nuestra propia vida, pero es lo que dejamos para otras personas lo que verdaderamente permanece. Hoy les agradecemos, y en especial yo, desde lo más profundo de mi corazón, el habernos permitido acompañarlas hasta el día de hoy y seguir dejando que seamos parte de sus vidas. Cada día nos esforzamos por traer la más alta calidad y entregar pares hermosos para todas ustedes, pares que eleven sus pasos y las hagan encontrar su propia fuerza y su propia historia. Gracias por acompañarnos en este sendero de elegancia.
Guadalupe Ledesma
Yo conoci la marca cuando su tienda se encontraba en Polanco, desde entonces puedo decir que son de primer calidad diseño elegante, me encantan, sigan así o mejor los Felicito¡¡¡
12/29/24
Magdalena Canizalez
Mis respetos para la Sra , muy buen calzado, muy cómodo, y sobretodo elegante, muchas felicidades Dios la siga bendiciendo grandemente
12/19/24
Margarita Perez
Excelente recuento del sueño, proyecto, visión , trabajo, esfuerzo y éxito de un ejemplo de mujer mexicana que logró plasmar sus logros. Gracias por compartir
12/16/24